sábado, enero 08, 2005

mad

Tiritan sus ojos lastimosos añorando el sur donde el sol es distinto (más allá de aquello que deseamos conocer). Mientras un CLK320 arrasa el asfalto de los 6 carriles a gran velocidad, un mutilado pide junto a la boca del metro con un vaso que sujetan los dientes amarillentos y manchandos de caries, porque no tiene brazos.
Me dejo llevar por la Gran Vía por la ola consumista que piden que echen de su portal a ese sucio y alcoholizado indigente que duerme entre cartones. Bajo monumentos, bajo más allá de las cloacas buscando un tren que me lleve a casa, y en mi camino el Metro me vigila con sus mil ojos "por mi seguridad". Mísero e imperial. Loco.

(Madrid, 5 de enero del 2005)

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