jueves, enero 20, 2005

öslo-tabarca (la chica del pelo rojo)

Ojeaba tu cómic por encima de tu hombro, perdido entre los diálogos en tu idioma, mis ojos se desviaban a tus muslos, cubiertos por aquel pantaloncito. Ibas sentada en la cubierta de aquel pequeño barco, disfrutando con unas amigas de tus vacaciones en el Mediterráneo. Tu pelo era rojo, a media melena y un poco rizado. Tu piel blanca como la leche. Cada poco te echabas crema, pues no querías quemarte como tus amigas. Sonreías. En una de tus sonrisas miraste hacia atrás, y, al verme con mis ojos en los tuyos, tu sonrisa se tornó tímida, y miraste de nuevo al frente. Vi los ojos más grises que he visto en mi vida.

Estuve todo el día dando vueltas por la pequeña isla, buscándote inconscientemente, mas no te hallaba.

En el barco de vuelta te encontré. Vi a tus amigas riendo en cubierta, más tú no estabas. Entré dentro y te vi, dormida en una de las butacas. Me senté a tu lado, y te miré la hora de viaje que teníamos por delante. Cuando el barco entró en puerto tus amigas entraron a buscarte, y yo bajé a tierra poco antes que vosotras.

Apoyado en una de las farolas próximas al espigón te vi marchar hacia la otra dirección, pero... no miraste atrás...

1 comentario:

mar dijo...

añadiría diciendo que a veces no es necesario voltear atras...

saludos