viernes, julio 28, 2006

la indiferencia

De sobra sabía que habías vuelto a la ciudad, y también que te volvería a ver. Lo que nunca imaginé es que fuera a encontrarte en la terraza del Berlín.

Estábamos sentados Marcos y yo en aquella mesa, charlando y tomando algo, cuando te vi pasar ante mí. No sé si no me viste o no quisiste verme, pues, como luego me percaté, estabas sentada con tus amigas unas mesas más atrás de nosotros.

Te llamé, y te acercaste. Charlamos un ratito de trivialidades, de tu viaje, de esas cosas que nada me importaban. Y fue entonces cuando me di cuenta de que tú, como todas esas cosas de las que hablábamos, ya no me importabas. Y no fue a causa de tu viaje, y de pasar tanto tiempo sin saber de ti, pues la última vez que te vi antes de irte, en tu casa, y mientras hacíamos el amor, ya sabía que no te quería. Tu viaje, tu silencio durante este tiempo, el no saber de ti, sirvió para darme cuenta de que esta ciudad parece más grande si tú no estás.

Tú aún no lo sabes, pero ese adiós quedo, disfrazado de un ya nos veremos, fue el definitivo.


play: "Berlín", de Deneuve

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Al fin me he decidido a comentar alguno de tus relatos, dejar la señal de mi visita (cada vez más asidua) por este blog conocido gracias al azar( y la intervención de una recomendación :P) el caso es que recorrerlo ha hecho que recupere de nuevo la ilusión por escribir. Muchísimas gracias.

Mar

Anónimo dijo...

Y es que a veces que corto es el amor... y que largo el olvido...

Nagore dijo...

Me parece estupendo que tengas las ideas tan claras.

De todas formas, quizás me equivoque, pero creo que donde ha habido fuego, siempre quedan cenizas.(O en la mayoria de los casos..)

Un beso muy fuerte!

Anónimo dijo...

..experimentos con gaseosa...como las letras de Los Planetas...amor y desastres..algo mas tiene k haber no?

Elendaewen dijo...

Distancia es si no volvemos... y en su caso, se había ido mucho antes de hacer la maleta.

Un saludo.

Nidesca dijo...

creo que cuando estamos frente a un adiós definitivo siempre nos damos cuenta, aunque éste intente disfrazarse,

la aceptación tarda, pero la certeza se te incrusta desde el principio.

abrazos

Elena -sin h- dijo...

Porque los adioses definitivos siempre tardan más en volverse atrás...

E dijo...

Charlar de trivialidades. Y nada más.

O ni siquiera eso.

(el norte es el rey de la selva)

Shh... dijo...

porque a veces nos damos cuenta de que no hay más...
y la vida es más ligera sin bagages del pasado

Dani González dijo...

Larga es la espera,
para quien espera,
pero mas larga es la espera
sin saber lo que se espera...

Saludos cordiales

Ferni V L dijo...

la espera siempre es larga, pero si esperas algo fijo se hace mas corta en cambio si no esperas nada a cambio o solo lo que el azar depare la cosa cambia y a veces un ya nos veremos puede caer en el olvido

Julia Moreno dijo...

...silencio...distancia...espacio...no es necesario un adios cuando se lee en la mirada, cuando se palpa en las manos frías y se lee de unos labios cerrados...Triste pero cierto Un beso para tí

Patricia Casalderrey dijo...

con helados en las mejillas

el santo job dijo...

creo que eso explica porqué mis adioses los doy con cuentagotas.
Los adioses siempre son definitivos. Siempre. Aunque a veces los disfrazamos, sin saberlo o sin quererlo.
Un abrazo