Busca una tregua.
Quiere salir corriendo, perderse en paisajes de su infancia, entre marrones, rojos, violetas, verdes y amarillos. Quiere huir hasta perder de vista al enemigo. Pero no puede. No puede porque es consciente de su posición. Lo sabe.
Por eso busca una tregua. Porque quiere un descanso. Perder un poco de vista al enemigo, tomar un respiro. Le da igual no aprovecharla para hacer estrategias, y que el en cambio pueda fortalecerse. Sabe que no hay tregua sin fecha de caducidad. Pero desea tanto un descanso…
(y, aún, el enemigo sigue durmiendo bajo las mismas sábanas, agazapándose bajo las mismas ropas, sin dar un respiro en su guerra de guerrillas, minando poco a poco al rival, a un rival que apenas levanta los brazos. Arden los cerros en carnaval, vive el pecado cuando dios muere, y, aún así, nadie hace nada por cambiarlo)
1 comentario:
A mí lo que come la curiosidad es saber quién gana la batalla...
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