Me gusta mirar la punta de mis pies cuando me siento en la vieja vía. Me gusta recordar que un día brillaban, antes de que el polvo lo cubriera todo y me quedara aquí, casi solo.
Me gusta recorrer los escombros, abrir mis puertas, y abrazar aquello que ya nadie quiere. Aunque, luego, sólo sea un cubo apretado; un cubo como tantos otros que le harán compañía, que irán levantando paredes y trincheras para impedir que la nada me alcance.
Me gusta mirar el cielo y pensar que volveré a verla. Tan grávida, bajando directa hacia mí, con sus formas redondeadas; sus ojos verdes...
Me gusta escuchar viejas canciones de películas antiguas mientras recuerdo las puestas de sol cogidos de la mano, o como bailábamos por el espacio, dibujando serpentinas de espuma.
Me gusta pensar en Eva; porque sé que, al final del cuento, crecerá una planta que será árbol, y estaremos juntos.
(y todo comenzó con una bota...)
3 comentarios:
Hola, me gusta lo que escribes
¿Será casualidad que esto me recuerde a Wll-e?
A mí me ocurrió lo mismo que a Fernando, pero no deja de ser genial...
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