lunes, diciembre 20, 2004

tokyo ya no nos quiere

Necesito un abrazo. Me pesa un abrazo. No necesito que hoy me abraces (aunque tampoco me vendría mal), necesito darlo...necesito saber que estoy ahí cuando mi mejor amigo me necesita, que la vida, cruel y maldita zorra que engaña con artimañas de pantomima, no podrá con nosotros, con nuestros sueños, nuestras ilusiones, todo aquello que amasamos juntos desde los nueve años y que compartimos entre risas, futbolines, amigos, pachangas, chicas, noches, cafés, cartas, portales, confidencias, ...

Quizá el día de mañana encuentren la droga que nos haga olvidar todo aquello que nos hunde, pero...como huir de la tristeza?

(lunes 20 de diciembre, en memoria de Carlos Torices)

Pablo.

2 comentarios:

M dijo...

No sé cómo huir de la tristeza, quizá yendo de 'viaje de estudios'.

Un saludo.

E dijo...

A veces vendría bien un poco de química (o física) para ciertas cosas, pero imagina que acabamos ingresados en el sanatorio para los sin-tristeza. A veces la tristeza es necesaria, sin ella no seríamos capaces de valorar la felicidad.

Interesante tu blog... Un abrazo desde quelquepart