martes, enero 17, 2006

el adiós de David

Llegué a esta ciudad cuando aún no tenía edad, y volví a ella nueve años más tarde. Ese mismo mes, llegué a aquel colegio. LLegué tarde, a pesar de mis esfuerzos por ser puntual aquel primer día de clase, y el chico de al lado de la puerta me ofreció el asiento de su lado. Desde ese momento, David y yo compartimos pupitre dos años, colegio 5 y pachangas, paseos, aventuras, secretos y todas esas cosas que da el ser los los mejores amigos, hasta hoy.

Hoy David se marcha, aunque no como hace un año, o cuatro meses, se marcha mucho más lejos y por más tiempo. Deseo que sea feliz en su isla, y poder ir a visitarle, aunque sé que desde hoy las noches de fin de semana serán más cortas y aburridas; las charlas en mi portal se desvanecerán; las tardes serán más largas y aburridas sin bajar al Capricho a echar la partida; ya no habrá fugaces y clandestinas escapadas en su coche; los partidos de baloncesto, no volverán a ser lo mismo; ni los líos con las niñas, y las no tan niñas;...

Buen viaje, amigo mío, y hasta pronto.

5 comentarios:

Laura dijo...

¿qué pasa si no tienes nada qué decir o tienes demasiado y no te salen las palabras?


besos en los párpados

இலை Bohemia இலை dijo...

Nunca me gustaron las despedidas...

Anónimo dijo...

pues claro que no tengo palabras para daros las gracias y sin saber que mas decir tan solo que sabeis todos donde teneis un gran amigo y que pronto os vedre a ver

gracias y hasta pronto

Ferni V L dijo...

Pues si es muy triste pero la vida sigue. Que pena la verdad que llevo toda la tarde conteniendome pero al final las lágrimas se me saltaron de los ojos, acabe inconsolable y con tos los mios alrededor. Aun tengo los ojos rojos. Tengo mi orgullo y reconozco a mucha honra que es la primera vez que lloro en mucho tiempo y la primera por un gran amigo. Suerte David.

E dijo...

Suerte sin conocerte. Seguro que la tendrás.

Y pqueno, es precioso que vayas a estar triste. Un abrazo, y ánimo.