El jefe de las tortugas se ha ido. Nadie lo volverá a ver pasar un paño sobre el estante para recoger todos sus premios. La mujer portuguesa no volverá a dirigirle su rayo; el circo luso recogió sus bártulos y se fue de la ciudad. Quizá nunca encontremos su foto en las enciclopedias, ni lo volvamos a ver fantástico entre los pinos. No volverá a reunirse con muy poca gente, ni pasará los veranos en la costa brava; al niño gusano se le acabó la infancia.
El rey, ha muerto.
(a Sergio Algora, zgz 1969-2008)
2 comentarios:
es esa mezcla de sentimientos agridulces como la salsa de los chinos...
qu ete gusta... pero aveces sabes que no siempre esta buena.
besos
Pues era joven y bueno en lo suyo, el rey.
Nos queda su legado.
No le olvıdemos.
Saludos
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