Me querías como nadie lo había hecho, aunque fuera desde la distancia, y como nadie me llegaría nunca a querer. Quisiste regalarme el más bello de los recuerdos, una sola noche, una pequeña tregua para los dos, un regalo que la vida nos debía y todas esas cosas que decías con tu palabrería. Me hiciste sentir el deseo y la ternura como nunca antes, me hiciste sentir cada milímetro de mi piel como si fuera el más valioso y deseado de los tesoros. Pero no sabías que, tras tus caricias, tus atenciones, que ese recuerdo eterno y perfecto, que ese amor sin igual implicaba que me pasaría la vida echándote de menos.
Y ahora no sé qué hacer con tanta pena.
6 comentarios:
A veces pienso que tenemos recuerdos compartidos.
Medio abrazo comprendido
cuando uno se descubre echando de menos elevado a la enésima potencia... a mi se me ha olvidado quién soy; estará todo bien hasta que no te reconozcas en el espejo :*
un beso muy fuerte
ah! retorno de las galias. en enero vuelvo descentrarme en el centro del país :*
Pues ahógala (la pena) en un vaso, y sal a que te quieran, que se puede, que hay más caricias perfectas.
Saludos.
ohh he pasado x aki muchas veces esperando un nuevo post tuyo!.. me encanta este..."con tu palabreria"jajajaja que todos compartimos cosas parecidas... bueno!
saluditos
jo-der
Úrsula
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