viernes, octubre 14, 2016

Vals para domingo y cocina

¿Dónde estoy? Parece que me quedé dormido. Parpadeo. Bostezo. Vuelvo a parpadear. Estoy en el salón, sobre el cojín grande. Ahí está Pato. Parece que no está muy hablador. ¿Qué es eso que suena? ¿Música? Sí, es música. Creo que conozco la canción.

Me levanto despacio; esto no es tan fácil como parece. Ruedo un poco. Apoyo las manos mientras estiro las piernas y me tambaleo un poco. Conseguido; ya estoy de pie. Doy el primer paso, que siempre es más complicado. Los demás vienen solos. Vaya, ¿esta planta siempre ha estado aquí? La rodeo un poco y me asomo a la puerta de donde sale música. Es la cocina.

Están los dos. Bailan despacio y abrazados. Sonrío y me siento para verles mejor. ¿Qué es esto? Ah, es mi pie. Lo cojo y vuelvo a mirarles. Siguen bailando. Sonrío de nuevo.La canción está acabando, así que empiezo a aplaudir. Es lo que se hace cuando algo te gusta, ¿no?

-Mira quien se ha despertado de la siesta.
-¡Peque!, ¿pero qué haces ahí sentado? Anda, cariño, ven a merendar.

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