martes, junio 07, 2005
toda la tristeza del mundo
A veces siento frío bajo las uñas, como si mil muñecos de trapo decidieran vaciar toda su arena sobre mí; pero yo no soy un reloj. Sólo soy el cuenco que forman las manos de un niño torpe y miedica en el q se va acumulando toda la tristeza del mundo, toda esa tristeza contagiosa q cae sobre mi cabeza, q me hunde. Toda la tristeza de cada minuto, de cada segundo, de cada ser q ya nada te importa. Toda la tristeza q se esconde, acechante, entre las sábanas de dos cuerpos desnudos. Toda esa tristeza que amordaza los tobillos del anciano que camina con pasos cortos. Toda esa tristeza que me mira obtusa con ojos de cristal de gato, mientras me susurra "bienvenido", y me abraza como una madre cargada de prejuicios hacia un hijo que pudo ser suyo, qur no sabe si es suyo, q no es suyo, aunque durmiera en su vientre. Toda la tristeza de cada segundo que me pesa fría, pálida, con cara de niña regañada.
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3 comentarios:
Demasiada tristeza para un domingo por la tarde. Demasiada tristeza para un lunes que amenaza triste
Un saludo
Yaiza
Los domingos suelen recordarte que algunos sentimientos grises siguen ahi, acumulandose como el paso del tiempo, como el polvo sobre las estanterías. la tristeza es un de ellos, y ademas aflora cuando menos lo esperas.
Besos
Demasiada tristeza, es cierto... será cosa de los domingos que pasan sin pena ni gloria porque no son domingos de sol... o será precisamente que pasan con pena... o será que no usó la cuchara bien para comer una sopa de estrellas...
Un saludo!
M.
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