El sol brillaba sobre el patio como solo lo podía hacer el último día de clase. Y los niños y niñas de tercero de E.G.B. corrían de un lado para otro, con los nervios y la excitación que producía el sentirse ya casi de vacaciones.
En una de las esquinas del patio Rubén, Paco, Francisco Javier y Pablo jugaban al baloncesto en una de las papeleras, no porque no llegaran a los aros de las canastas, sino porque los mayores siempre las tenían ocupadas.
En uno de los muchos rebotes de aquella pelota contra la pared, se alejó hasta llegar al lugar donde las niñas de su clase jugaban a la goma. Fue Pablo quien se acercó a por el balón, y Rebe quien se acercó a devolvérselo. Entre sus miradas, cruzaron también palabras. Rebe le preguntó que cuándo marchaba, pues, al igual que el resto de la clase, sabía que Pablo marcharía el siguiente curso a otro colegio, otra ciudad. Pablo le contestó que aquella misma tarde, y, por primera vez en sus vidas, descubrieron la tristeza en su mirada, pues como sólo sabían Rubén y Pablo, a él le gustaba Rebe; y como sólo sabían Almudena y Rebe, a ella le gustaba Pablo.
Sonó el silbato que anunciaba el fin del recreo, y todos los niños y niñas se dirigieron corriendo de vuelta a clase, salvo Pablo y Rebe. Quedaron paralizados uno frete a otro en medio del patio; lo que les costó que sor Herminia les cogiera a cada uno de un brazo, con autoridad y cierto cariño a la vez, y les llevara hasta su clase. Entraron pidiendo disculpas, cabizbajos y sonrojados.
Al final de la mañana Rebe y Pablo se quedaron de nuevo solos, pero esta vez en el aula, para cumplir el castigo que la señorita Julia les había puesto, que no era más que limpiar los borradores, pues, al fin y al cabo, ya eran vacaciones.
Pablo se ofreció a hacerlo él solo, porque la culpa había sido suya, por escapársele el balón; pero Rebe dijo que no, que prefería quedarse. Mientras sacudían los borradores, Rebe le perguntó a Pablo si volvería allí. Pablo se encogió de hombros, pero le dijo que sí que le gustaría. De nuevo reinó el silencio entre ambos, y Pablo vio como Rebe empezaba a llorar. Sin saber muy bien que hacer, o que decir, le preguntó que era lo que la pasaba. Rebe solo contestó que no quería que se fuera, y Pablo la confesó que él no quería irse, pero tenía que hacerlo, y que no llorara, que ella era la niña más guapa de la clase, y que cuando lloraba no lo estaba. Rebe miró a Pablo a los ojos para preguntarle si le gustaba, y Pablo, perdidos ya el miedo y la vergüenza, dijo que sí.
Decidieron hacer una última cosa antes de decirse adiós para siempre, y, escondiéndose en el armario de los abrigos, tal y como se hace aquellas cosas con sabor a prohibido, se besaron, frunciendo los labios y cerrando los ojos, llegando casi sólo a rozarse la punta de la nariz, Rebe y Pablo se dieron su primer beso.
Rubén y Almudena no se sorprendieron cuando, después de esperarlos un rato para volver a casa, Pablo y Rebe salían de la mano, y completamente sonrojandos.
14 comentarios:
:)
Me has alegrado la mañana...
Que tierna historia...
Saludos
¡Qué lindo!
Y además me ha hecho acordarme de La Onda Vaselina y del colegio y de tantas otras cosas que quizá nunca pasaron pero por las que nos levantábamos antes cada día.
Un abrazo desde la primavera (que ya es primavera)
jooooooooo!qué bonitoooo!!!
qué recuerdoooss...qué historias...ahora en clase ya ni nos miramos, somos entre todos amigos, y parece dificil pensar que entre nosotros hubo algo special cuando eramos niños, ese cosquilleo q sentias al verle, o ese primer beso en la frente susurrandote al oido.."te pasa algo mi reina?" nunca lo olvidaré..exaré de menos el año q viene esas 4 paredes q me han visto crecer desde los 2 años...aguantando a tantas y tantas mojas..y tantos castigos absurdos...
hoy como ya sabes, sty trsitona...y leer tu texto..puff! la nostalgia y la melancolia se han apoderado de mi,.gracias por transmitirme tan wenos sentimientos.
precioso tu texto...cmo siempre...MuaKS
...que bonito, el primer beso, inolvidable, evocas recuerdos...nostalgia....besitos para ti
Ohhhh P tan bonito
Podía verlo, sabes? el babi azul de cuadritos... los ojos enormes y brillantes: qué bonito. EGB sabe al recreo de después de comedor y columpios de barra para dar volteretas...
A mí me sabe a canastas oxidadas, papeleras donde nos deshacíamos de la fruta después de comer, un sol inmenso y muchas voces alrededor.
Qué bonito, qué bonito, qué bonito... :D
Aishh, qué tierno!!! :)
Besos.
me ha encantado la historia, aunque me parece que la forma de narrarla (mi humilde opinion) deberia ser todavía mas pueril, asi me lo imaginaria mejor. Pero esta genial, eso ha sucedido? te paso a ti? la profe era demasiado estricta!
y no pensé en tu cara de fin de año de año en año
y nunca me gusto verte llorar...
Un abrazo.
¿y se volvieron a encontrar años después? ya mayores, seguro que habrían preferido quedarse con ese recuerdo de un armario que todavía les quedaba grandes... esas tardes de sol, balón y gomas de borrar... que deberíamos poder ser pequeños mucho más tiempo del que se nos está permitido, ¿verdad?
Mi enfancia ha sido tan larga que nunca acaba de terminar.
Por un momento me has trasladado a ese patio de color granate.
Gracias, y un beso que recuerde al primero.
ohhh que bonito. Me he quedado paralizado. Es una de esas historias que a un romantico como yo nos impresionan y pensamos que ojalá nos hubiese pasado a nosotros.
Tb me ha llamdo la atención la precocidad del caso ¡¡3º de E.G.B.!! con 8 años XD jajaja.
En fin, como todo en la vida he de decir, que me encanta leer este tipo de historias, pero por otro lado, leyendolas me hundo un poco mas en mi mismo y en mi soledad actual.Noooh
En fin crack que te siga sonriendo el amor como siempre ha sido, jeje.
PD: acuerdate de entrar en mi blog de vez en cuando que ultimamente, está algo abandonau. Y si me abandonan mis seguidores mas adeptos ya.......
Hey enserio, esta muy lindo lo que escribes y como que por fin pude hacer un blog ,,, el caso es http://majusv.blogspot.com/ … cuando puedas pasar y mirarlo jaja necesito la opinión de alguien que escribe así, como tu
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