sábado, diciembre 15, 2007

igual

Aún sigo saliendo tarde de trabajar, y, aún así, volviendo a casa andando; sintiendo el frío colarse entre la ropa y estremecerme, aunque sólo sea por sentir algo, por recordar que sigo vivo, que sigo aquí.

Sigo dudando si subir las escaleras andando o no, y, a pesar de ser un tercero, acabo metiéndome en el ascensor con la promesa de “mañana sí” y mis baldíos planes de comer algo menos y más ordenado, y hacer algo de ejercicio.

Y sigo mirándome en el espejo del ascensor, repasando mis ojeras, dudando de si son mías o de ese espejo y esa luz mortecina; y pensando que quizá debería cortarme el pelo o afeitarme más a menudo, o si podría cambiar algo para mejor, aunque luego no cambie nada.

Todavía sigo andando a oscuras por la casa, porque me la sé de memoria, y aún así, sigo llevándome algún golpe con el armario del pasillo o el marco de la puerta, y maldiciéndome y preguntándome para qué demonios quiero la luz.

Aún ando descalzo por casa, dejando los zapatos junto a la puerta, debajo de la cómoda, aunque haga feo y ya haya tres pares allí colocados, y colocando el abrigo negro sobre una silla del salón, prometiéndome que mañana lo meteré en el armario y sacaré el abrigo nuevo, que va siendo hora de estrenarlo.

Y sigo no cenando nada y picando algo, y poniendo la tele sin ver nada, sentado en el sofá, pensando en recoger todo este desorden, y apuntándolo junto con mis planes de vida sana bajo la promesa de “mañana sí”.

Sigo quedándome dormido en el sofá, y cambiándolo con desgana por la cama, pero lo hago, porque hace frío y porque si no lo que aparecerá mañana en mi lista de “mañana sí” será mi dolor de espalda.

Aún me siguen doliendo las rodillas cuando me meto en la cama, y me pregunto si será cansancio, años o yo que sé, y me sigue costando dormirme a pesar de que hacía solo unos minutos estaba dormido.

Y mis pies siguen fríos, como témpanos y como siempre, y sigo roncando un poco, y durmiendo con la boca un poco abierta y sin cerrar del todo el ojo izquierdo, y sin saber donde poner las manos y sin saber aún donde las pongo antes de dormirme.

Y sigo viviendo igual que antes de tu llegada, e igual que contigo. Y me doy cuenta de que el hecho de que tú no estés, no cambia nada.

6 comentarios:

Elendaewen dijo...

Cambia haber colgado un post de más o de menos.
Saludos.

***SaRa*** dijo...

aun asi me sigues encantando...

Begoña dijo...

A veces construimos castillos con un sólo granito de arena... y nunca es para tanto

Begoña (siguiendo su camino)

Shh... dijo...

Lo que más me jode de leerte es que a veces me da la sensación de que describes cosas que me son demasiado familiares y me sorprende, que sólo las reconozca a través de tus letras y nunca en mis pensamientos...
Supongo que yo también hoy repito "mañana sí" mientras me tropiezo con la alfombra que lleva un montón de años en el mismo lugar, y pienso que después de ese altercado y viendo mi falta de coordinación debería dejar de ser profe de danza en mis ratos libres y sólo currar de ingenierita que para eso estudié, aunque me importe un bledo.
En fin, que hay días especialmente complicados para dejar de fumar aunque no fumes.
Aunque suene a paradoja... Feliz año.

Vanlat dijo...

Me gusta, pero no me gusta.
Te comparto, pero no te comparto.
Me recuerdas a alguien, pero no te conozco...
No sé bien qué hago escribiendo aquí.
Aunque esté de acuerdo con Nawja, aunque entienda tu texto, aunque no quiero compartirlo, aunque sepa que la consciencia de que existe un alista de "para mañana" es ya un hoy...
Me gusta, pero no me gusta que sea cierto.
Ya ves... una que también tiene largas listas para mañana, usando el tiempo para algo que, quizá, ¿no debería?

Ferni V L dijo...

me encanta como escribes crack. Acabo de actualizar el mio. Date una pasada...

saludos