viernes, diciembre 12, 2008

fotógrafo

Rehuyes la realidad. Mientes, no por malicia, sino porque amas la belleza y sabes que solo se debe decir la verdad si la verdad es más hermosa que la mentira.
¡Eso ocurre tan raramente!

Anónimo


Sin saberlo, y a pesar de tu rechazo por lo superficial, te has pasado la vida detrás de un objetivo, buscando la belleza. Y ahora te angustia la culpa de tanta mentira; por eso, evitas mirar atrás, a pesar de no entender la realidad que ahora te rodea.

Tus fotos no están desenfocadas, son tus ojos vidriosos los que distorsionan tu mirada, pero prefieres seguir deformando las cosas, buscando tu propia, y tan amada, belleza, antes que llorar, pues si lloras no vas a poder parar, y temes tanto desarmarte como deshacerte o desaparecer.

6 comentarios:

kyrah dijo...

Lo que escribes me recuerda tanto a lo que escribe otro conocido que, en ocasiones, me asusta.

Mysteries. dijo...

hay momentos de nuestras vidas,
que nada tiene sentido,
que nada es nada...,
hasta que crecemos,
miramos atrás y pensamos,
cómo hemos podido hacer eso u aquello,
y entonces...
es cuando cuesta llorar,
porque en el camino
aprendimos a no hacerlo...

Muá!.

Carlos Fdez. dijo...

gracias por tu comentario, je je


Esta bastante bien lo que escribes.

Elendaewen dijo...

Las retinas, hay que mantener en equilibro el lacrimal. Y el zoom de la vida, al máximo.

Saludos.

Anónimo dijo...

sugerente.

¿es la realidad lo que ve el ojo, o el ojo el que proyecta sus imágenes en la realidad?

Anónimo dijo...

Si en realidad el mundo no es sino la percepción de él, subjetiva, formada por los ojos y el cerebro de cada individuo; y esa mirada es tan distinta de la de los otros individuos que se supone irreal o falsa, no creo que se constituya en una mentira. El problema es creer que nos decimos mentiras. En ese caso, nuestra mirada es errada por definición (de otros) y sólo puede autodestruirnos.
5... 4... 3... 2... 1! (No pasa nada!!!)